Asociación Mujeres Juezas de España

Reseña del libro “No publiques mi nombre” de Cristina Fallarás

Por Dori Jiménez

Simplificando mucho se podría decir que “No publiques mi nombre” es un recopilatorio de una buena parte de los mensajes de violencia sexual que miles de mujeres han enviado a la cuenta de Instagram de Cristina Fallarás con el hashtag #SeAcabó. Pero como digo, eso sería simplificar mucho.

En primer lugar, el libro forma parte de un trabajo diario, constante, emocional y físicamente agotador que viene realizando Cristina desde que el 28 de agosto del 2023 instó a las mujeres a que le enviaran los relatos de violencia que recordaran. Ya lo había hecho antes a través del hashtag #Cuéntalo, pero ahora les brindaba un formato diferente, donde no tenían que exponerse ni a sus victimarios ni a sus entornos, donde podían relatar lo sufrido sin que se publicara sus nombres. También decidió, con acierto, no publicar el de los agresores.

 Y es que cuando lees los mensajes te das cuenta de que los nombres no son lo importante, que detrás de cada historia individual lo que trasciende es la historia colectiva de violencia sexual que venimos sufriendo las mujeres.

Leyendo el libro pasas a ser consciente de que no solo nos agrede el acto concreto del que somos víctimas, sino el silencio que se nos impone ante este.  Muchas callamos por miedo, por vergüenza, por no dañar a quienes muchas veces forman parte de nuestra propia familia. Es decir, callamos porque así nos han enseñado a hacerlo, porque así les interesa que permanezcamos. Ese silencio, por tanto, es un acto político, sistémico y patriarcal, como explica Alejandra Pizarnik en el prólogo del libro. Es un silencio que nos daña de forma individual y colectivamente, como refleja en sus maravillosos versos “Estoy muriendo porque alguien ha creado un silencio para mí” y “Ella tiene miedo de no saber nombrar/lo que no existe”

Cada historia es como un pequeño relato rescatado de la memoria de sus protagonistas. Es fascinante comprobar cómo puede decirse tanto en tan poco espacio. También el lenguaje utilizado en cada una permite vislumbrar desde que momento vital reviven esa violencia. Por otra parte, son tan diversas que es difícil no identificarse en alguna de ellas. Ello puede ser duro, pero a la vez sanador, porque es sanador dejar de normalizar determinados comportamientos de los hombres de nuestro entorno familiar, profesional, social; que podamos ponerle nombre a eso que nuestros cuerpos rechazan; que seamos conscientes que no importa el nivel de violencia recibida sino como esta impacta en nuestras vidas. Y lo más importante, que sepamos que no estamos solas.

Confiamos que la lectura del libro también sea sanadora para ti.